Agustín de Iturbide fue coronado como el primer emperador de México bajo el nombre de Agustín I en 1822, después de que México lograra su independencia de España.
Hubo varios actores involucrados en su coronación, incluyendo:
- propio Iturbide: Después de firmar el Plan de Iguala y lograr la independencia de México, Iturbide se consolidó como una figura clave en la política mexicana. Él mismo estaba interesado en asumir el papel de emperador y consolidar su poder en el país.
- Los monarquistas conservadores: Estos individuos, que eran parte de la élite política y económica de la Nueva España, apoyaron la idea de establecer una monarquía en México, ya que creían que esto les permitiría mantener sus privilegios y propiedades. Por lo tanto, apoyaron a Iturbide en su búsqueda de la corona.
- Algunos miembros del ejército: Iturbide, como militar, tenía una base de apoyo entre las fuerzas armadas. Algunos miembros del ejército apoyaron la idea de una monarquía encabezada por Iturbide como una forma de estabilizar y consolidar el país después de la guerra de independencia.
- El clero: La Iglesia católica en México también apoyó la idea de una monarquía, ya que veían en Iturbide un líder que protegería sus intereses y mantendría la influencia de la Iglesia en la política del país.
Sin embargo, el reinado de Agustín I fue efímero. Enfrentó una creciente oposición de republicanos y liberales, y en 1823, después de menos de un año en el trono, Iturbide fue depuesto y se proclamó la Primera República Mexicana.
Historías detrás de Agustín de Iturbide
Después de lograr la independencia de México en 1821, Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero firmaron el Plan de Iguala, que establecía las bases para la creación de un Estado independiente bajo la forma de una monarquía constitucional. Según el plan, México sería gobernado por un emperador, y el trono sería ofrecido primero a Fernando VII de España o a algún miembro de la familia real española. En caso de que rechazaran la propuesta, el Congreso mexicano tendría la autoridad para seleccionar al emperador.
Cuando Fernando VII y la familia real rechazaron la oferta, el Congreso mexicano convocó en 1822 y comenzó a debatir la forma de gobierno que adoptaría el país. Iturbide, que gozaba de gran popularidad entre el ejército y los sectores conservadores, fue proclamado emperador por sus seguidores y aceptó la corona como Agustín I el 19 de mayo de 1822. El 21 de julio de ese mismo año, fue coronado oficialmente en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.
Durante su breve reinado, Iturbide enfrentó numerosos problemas. Su gobierno fue autoritario, centralista y reprimió a los grupos políticos opuestos, lo que llevó a un creciente descontento entre los liberales y republicanos. Además, la situación económica del país era precaria y las finanzas públicas estaban en mal estado.
En diciembre de 1822, Antonio López de Santa Anna, un militar influyente, se pronunció en contra de Iturbide y proclamó el Plan de Veracruz, que exigía la instauración de una república. Este movimiento marcó el comienzo de una serie de levantamientos en varias partes del país en contra del gobierno de Iturbide.
El 19 de marzo de 1823, el Congreso mexicano aprobó una ley que desconocía a Iturbide como emperador. Al ver que había perdido el apoyo militar y político, Iturbide abdicó el 19 de marzo de 1823 y se exilió a Italia. El 1 de junio de 1823, se proclamó la Primera República Mexicana, y México adoptó oficialmente una forma de gobierno republicano.
El exilio de Iturbide fue de corta duración, ya que en 1824 decidió regresar a México con la esperanza de retomar el poder. Sin embargo, fue capturado y ejecutado por traición el 19 de julio de 1824.