Las terapias alternativas son métodos de curación para el tratamiento del cuerpo, la mente y el espíritu, apoyándose para ello en métodos naturales. El énfasis está en la prevención de enfermedades y la búsqueda del origen de la dolencia, más allá del solo tratamiento de sus síntomas. Como se dedican a las causas internas y externas que conducen a un desequilibrio orgánico, es que muchas de estas terapias utilizan el término sanación en vez de curación.

Las medicinas alternativas comprenden un extenso abanico de filosofías curativas o de sanación, una de ellas es el reiki.

¿Qué es el reiki?

El reiki es un sistema de sanación y reequilibrio bioenergético a través de la imposición de las manos, que canaliza la energía curativa universal.

Se trabaja directamente con el campo energético del paciente, incidiendo directamente sobre las zonas que perturban la libre circulación de la energía, para restaurar y armonizar sus sistemas. El reiki consiste en un proceso de circulación de energía benéfica, es el traspaso o canalización de Energía Cósmica Universal (energía vital o de luz, es decir, la Energía Sagrada) a todo aquel que la necesite. Quien realiza esta labor de imposición de manos solo actúa como un conductor o canal de energía positiva.

Conociendo un poco de su historia

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Dr. Mikao Usui

El reiki es una técnica sanadora milenaria, que fue redescubierta en Japón por un monje cristiano en el siglo XIX, el Dr. Mikao Usui.

Se dice que es una palabra proveniente del sánscrito donde rei significa energía universal y ki energía vital. Algunos lo traducen como “la fuerza natural que nos da vida o que hace funcionar el alma”.

Diferentes culturas conocen esta antigua técnica, solo que cada uno lo nombra de diferente manera. Por ejemplo, los cristianos lo conocen como “luz divina”, los hindúes como “prahna” y los chinos como “chi”. Otras formas de nombrar esta energía curativa son: bioenergía, bioplasma o energía cósmica.

Se cuenta que esta técnica de sanación ya la utilizaba el Sidharta Gautama (Buda) y Jesucristo. Existen referencias de esta forma de curación espiritual en la India y el Tíbet.

La historia de esta milenaria técnica sanadora solo es una continuidad de la luz canalizada de la Energía Divina hacia personas que la necesitan. No requiere de dones especiales ni estudios científicos, solo es la canalización de energía beneficiosa del Amor Divino para sanar.

El método reiki se basa en la creencia hinduista sobre los chakras, que explicarían los estados de salud de los seres humanos. Según esta creencia, el mal funcionamiento o bloqueo de uno o varios chakras sería el que provoca o agrava el mal estado de salud, dando lugar a enfermedades y trastornos.

Actualmente, existen muchas corrientes de reiki y en cada una de ellas se enseña de una forma distinta; sin embargo, en todas se canaliza la misma Energía Universal, de ello es que estas corrientes de reiki actúan bajo el mismo principio.

Manos sanadoras

El reiki es una técnica de canalización y transmisión de energía vital a través de la imposición de manos, se utiliza para obtener paz y equilibrio en todos los niveles:

  • Físico. Mejora el metabolismo corporal y ayuda en la recuperación de lesiones, dolores, etc.
  • Emocional. Busca solucionar problemas sentimentales y alejar la negatividad causada por la infelicidad, agresiones, entre otros.
  • Mental. Ayuda a combatir hábitos dañinos, insomnio, estrés, etc.
  • Espiritual. Busca hallar la paz y el equilibrio, la armonía de la vida.

Quien realiza esta actividad actúa como un canalizador de energía Universal que, a través de sus manos y buen espíritu, busca re-armonizar estos niveles en la persona que está enferma. Es por ello, que la Organización Mundial de la Salud – OMS, recomienda esta técnica de purificación por sus resultados positivos. Es muy recomendable, por ejemplo, una sesión de reiki antes y después de alguna operación.

El reiki actúa en profundidad yendo a la raíz del problema físico o emocional, permitiendo que la emoción o el patrón de conducta que ha creado el desequilibrio, se manifieste y sea sanado. Así, también, nos ayuda al crecimiento personal y a la expansión de nuestra conciencia.

Un Universo lleno de energías

Está comprobado que todo está compuesto de energía: el ser humano, las plantas, el mar, el planeta Tierra, el Sol… todo nuestro Universo; sino, no habrían cambios ni movimientos. Por eso, cada acción genera una reacción, un gasto de energía: sea positiva o negativa. E, inclusive, nos vemos expuestos a recibir la energía positiva o negativa de otros seres, y también a trasmitirla.

Cada persona carga en su vida algún tipo de energía, donde algún momento se siente más cargado que otro; o, viceversa, totalmente liberado de estrés o dolencia. Son momentos como este cuando se siente y se dice que nos sentimos en armonía, donde la paz emerge de nosotros para congraciarse y absorber solo la buena onda del Universo.

Es común cuando recién conocemos a alguien sentir la energía del otro. Por supuesto, hay quienes son más sensibles que otros y saben captar más rápido esta evidencia. Por otro lado, hay gente que anda ajetreada en el full del día y no le es fácil percibirlo. Se suele expresar luego de la primera impresión e intercambiar pareceres: “Ese joven tiene muy buena vibra, es buena onda”; o, por el contrario, “No sé, pero como que se siente bien estresadito, ¿no?”.

La energía existe, somos seres de energía que actúa en nosotros. Obvio, nadie va a querer seguir un camino de enfermedades o de depresión. Siempre vamos a ansiar el bienestar, perfecta salud y paz interior.

La fuerza sanadora del reiki va en busca de ese camino. Estimula nuestro organismo de manera integral, impulsándolo hacia la auto-curación. Equilibra cuerpo, mente y corazón y, también, los centros energéticos (chakras). Restablece la armonía para hacerla fluir en cantidad ilimitada. Es por eso que a través de esta Fuerza Vital Universal podemos liberarnos de “cargas negativas” o la llamada “mala onda”, que provienen tanto por las emociones y/o energías, que a la larga terminan por convertirse en verdaderas “corazas” donde no deja entrar el positivismo o el lado beneficioso de las cosas, como resultado de los bloqueos emocionales y la constante tensión psíquica y muscular que normalmente producimos.

¿Cuándo utilizar el reiki?

El reiki se puede utilizar en cualquier momento y para cualquier caso. Se emplea como un método integral y natural de sanación y relajación, en cuyo caso las técnicas reiki se mostrarán igual de efectivas, aunque mayormente estemos abocados solamente en la tarea de sanar nuestro cuerpo físico.

La terapia reiki puede ser recibida por todos los seres humanos–adultos sanos, enfermos, embarazadas, niños y bebés–, incluso también los animales y las plantas.
Es una terapia complementaria a la medicina convencional y terapias psicológicas, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El reiki se puede utilizar para liberar emociones reprimidas y aumentar el nivel energético, proporcionando vitalidad física y buen ánimo. También, como un método de revitalización orgánica y rejuvenecimiento de todo el organismo. Está comprobado que, en la mayoría de los casos, el reiki aumenta los efectos del tratamiento médico cuando se utiliza junto con él; ojo, nunca como un reemplazo de la medicina.

Provoca un estado de relajación y libertad, eliminando la ansiedad, el estrés y el agobio de la cotidianidad del día a día. Alivia el sufrimiento físico, emocional, mental como, también, espiritual. Es un buen aliado contra la depresión, las migrañas, dolores menstruales y estreñimiento. Ayuda a oxigenar el organismo y la mente de todo tipo de toxinas. Facilita el sueño y disminuye el abatimiento causado, mayormente, por la carga de trabajo. Es muy útil en tratamientos alimentarios, como la anorexia y bulimia.

Además, se conoce que ha sido usado con efectividad para ayudar a animales y plantas.

Es bueno tener presente que para acceder al reiki no es necesario estar enfermo, pues en cualquier momento uno puede realizarse la imposición de manos. Muchas veces cuando sentimos que “hay algo más”, pero no sabemos qué ni por qué y, por ello, no le encontramos mucho sentido a las cosas y a nuestro alrededor, podemos hallar el camino de vuelta y la razón de ser a través del reiki. A través de esta técnica ancestral, podemos hacer que nuestro cuerpo encuentre su sanación, el pensamiento se vuelva más pausado y aumentemos la alegría de vivir. De esta manera, la armonía vuelve a nosotros a través de la Energía Vital.

La Fuerza Vital Universal Reiki fomenta la propia individualidad y ayuda a encontrar el camino propio de la evolución. El reiki, así como otras técnicas de meditación, relajación o medicina natural, solo ayudan a vivir mejor, crecer y evolucionar, a que uno se pueda sentir bien y en armonía, tanto él como con su medio ambiente.

Es por todo esto que el objetivo final reside en que el ser humano, desde la esencia de su propio ser, se acerque cada vez más a su propio Dios (Fuerza Vital del Universo, o como uno desee llamarlo) y de esa manera encuentre el equilibrio, la armonía, la paz interior, la salud perfecta y el bienestar general.

Reiki en Lima

Pueden existir muchos centros como personas particulares quienes realizan reiki, pero hay que estar atentos que no todos brindan seguridad y confianza. Es por este motivo también que muchas veces se desconfía de este tipo de tratamiento, porque hay mucha informalidad y embauque.

Los centros holísticos, son unos de los pocos lugares que pueden brindan esa confianza y seriedad, ya que el personal es altamente calificado y con bastantes años de experiencia. Actualmente se dedican para lograr la sanación y armonía de cuerpo y alma. Utilizan la medicina natural o alternativa para sanar el cuerpo y aliviar el dolor, sea físico o emocional.

El reiki es una técnica holística que armoniza y desbloquea todos los planos del ser humano, físico, mental, emocional y espiritual. No agrede al cuerpo de ninguna manera y tampoco crea adicción ni efectos secundarios o colaterales, ya que no se utilizan sustancias químicas ni elementos extraños al cuerpo sino solo la energía de vida que está presente en todo ser vivo.

Una sesión de reiki suele durar alrededor de 45 minutos. El paciente se acuesta en una camilla en un ambiente apacible mientras el maestro posa sus manos en distintas zonas de su cuerpo. Hay doce posiciones de manos, se empieza por la cabeza (nuca) y se termina con las plantas de los pies, reequilibrando todos los centros de energía o chakras. Durante la sesión, es habitual cerrar los ojos porque es normal que el paciente se quede dormido o entre en profunda relajación. Tras el tratamiento, se recomienda beber mucha agua y estar muy atentos a los cambios que sucedan en el cuerpo.

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