1. Aburrimiento
No sólo puede deberse a la rutina, también a que no comparta nada con su pareja. Es decir, ya no hay momentos de esparcimiento, salidas solos y mucho menos ganas de seguirse conociendo. Nunca acabamos de conocer a otra persona, si pensamos que ya le sabemos todo, es una mala señal porque quiere decir que crees que ya no hay nada por descubrir.
2. Porque no sienten que están arriesgando gran cosa
Las mujeres a diferencia de los hombres no son tan visuales; nosotras para enamorarnos necesitamos admirar a nuestra pareja y cuando dejamos de hacerlo la cosa está prácticamente acabada. También sucede cuando tenemos la seguridad de que, pase lo que pase el hombre no nos va a dejar.
3. Resentimiento
Has acumulado tanto coraje de tantas cosas que ya ni recuerdas conscientemente que la infidelidad es una manera de “cobrártelas”, por así decirlo. En la sociedad y sobre todo la latina, tiende mucho a disculparse la infidelidad masculina porque “ellos no lo pueden evitar” y la femenina se ve como algo tan malo que difícilmente se habla de mujeres infieles. Sí las hay, y te sorprendería saber cuántas son y que se sienten “enamoradas” de su amante.
4.- Insatisfacción sexual
El desinterés de sus cónyuges es otra buena razón. Según un estudio realizado en Chile, un 17% de las mujeres considera la insatisfacción sexual como una causa de infidelidad. Esto concuerda con un estudio hecho en abril en España, donde un 37% de las mujeres reconoció fingir orgasmos y un 18% dijo no estar satisfecha con su vida sexual.
